1. Primero, desecha
Todo se reduce a dos tareas: eliminar cosas y decidir dónde guardarlas. “Son solo dos tareas, pero la eliminación debe ir primero. Asegúrate de concluir la primera tarea antes de empezar con la siguiente”, escribe Kondo. ¿Y cuál es el criterio para decidir qué desechar? La pregunta que viene a continuación.
2. ¿Produce felicidad?
Esta es la piedra angular de la filosofía de Kondo: descartar todo lo que no produzca alegría. “Creo que deberíamos rodearnos únicamente de aquello que nos trae felicidad. Para algunas personas serán un montón de cosas. Para otras, solo un puñado”, dice la autora. “La clave es trabajar para identificar aquello que verdaderamente produce dicha, y para la mayoría de la gente no es fácil. Pero es la mejor manera de asegurarnos de que vivimos con aquello que nos satisface. Y en la cantidad justa”.
3. Ordena por categoría y no por ubicaciones
En lugar de ir ordenando habitación por habitación, Kondo recomienda centrarse en una categoría. Por ejemplo, ropa (que a su vez tiene subcategorías como deportiva o zapatos), libros o papeles. En este caso, el orden sí altera el producto. Empieza con la ropa, continúa con los libros, papeles y objetos varios, y termina con los de valor sentimental. “Si reduces tus posesiones en este orden, tu trabajo fluirá con una facilidad sorprendente”, asegura. “Al empezar con las cosas fáciles y dejar las más difíciles para el final podrás afinar poco a poco tus habilidades para tomar decisiones, y así acabará por parecerte sencillo”.
Por cierto: ¿Eres de los que utilizan en casa la ropa que no les gusta, o se ha quedado vieja para la calle, como las mallas desgastadas? Error. “No me parece bien conservar ropa que no nos gusta para andar por casa. El tiempo que pasamos en casa es una parte preciosa de la vida. Su valor no debe cambiar porque nadie nos ve”.
4. Hazlo de una vez
“Algunos creen que esto es un proceso que nunca termina, y que hay que hacerlo todos los días”, dice Kondo. Su método es extremo: la purga debe hacerse de una vez, de un tirón, para “cambiar la mentalidad drásticamente”. No hay una pila de objetos dudosos; nada queda para después. Justo lo contrario de lo que suelen recomendar otros expertos, que abogan por adquirir el hábito de hacer un poco cada vez. “Si organizas un poco cada día, nunca acabarás”, dice Kondo.
5. Trata a las cosas como si fueran personas (o casi)
“Nunca jamás hagas una pelota con tus calcetines”, escribe en su libro. “Sufren una buena paliza en su trabajo diario. El tiempo que pasan en tu cajón es su única oportunidad de descansar”. En el universo Kondiano, las cosas están vivas, o casi. Un planteamiento que dejará estupefacto a muchos lectores, y que ella justifica así: “No creo que deba haber ninguna competición en nuestro corazón entre cosas y personas. Si valoramos los objetos que nos importan, y los tratamos bien, no solo durarán más y nos darán más placer; también podemos aprender incluso a ser más amables y generosos con las personas”.
6. Rechaza los productos de almacenaje, y usa cajas de zapatos vacías
A diferencia de otros gurús de la organización, que recomienzan hacerse con un ejército de productos de almacenaje, Kondo cree que estos no son más que una trampa, ya que resuelven el problema solo de forma superficial. No necesitas comprar separadores ni nada por el estilo. “Puedes solucionar tus problemas de almacenamiento con cosas que ya tienes en casa. El objeto más común que yo uso son cajas de zapatos vacías”.
7. Ropa de temporada
La costumbre de empaquetar la ropa de temporada, asegura Kondo, está obsoleta, ya que con el aire acondicionado en verano y la calefacción central en invierno los hogares y oficinas están menos expuestos al clima exterior. “Ya es hora de abandonar esta costumbre y tener toda nuestra ropa lista para usarla todo el año sin importar la estación”.
8. No dejes que te vea tu familia
“Recomiendo de manera especial a mis clientes que eviten ser vistos por sus padres y familiares. A los padres les angustia mucho ver lo que desechan sus hijos. El volumen de las cosas puede hacer que los padres se pregunten ansiosamente si sus hijos podrán sobrevivir con lo que les queda”, escribe Kondo. ¿Y qué decir de ese trasvase de ropa entre madres e hijas? Su respuesta es un tajante no.

9. Qué hacer cuando no puedes desechar algo
Por ejemplo, las tacitas de té de la abuela, que has ido cargando de mudanza en mudanza sin atreverte a usarlas nunca de horrendas que son. Ese vestido que te encantaba pero que ahora, después de haber sido mamá, te queda regular. “Cuando te topes con algo de lo que no puedes desprenderte piensa con cuidado sobre su verdadero propósito en tu vida. Te sorprenderá cuántas cosas que posees ya cumplieron su función. Al reconocer su contribución y dejarlas ir con gratitud, serás capaz de poner en verdadero orden las cosas que posees y toda tu vida”.
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