Prácticas de Saint Germain El primer paso al control de uno mismo es el aquietar toda actividad exterior , tanto de la mente como del cuerpo. De quince a veinte minutos antes de recogerte a dormir, y por la mañana antes de comenzar tu día, haciendo el ejercicio siguiente hace prodigios para todo aquel que haga el esfuerzo necesario. El segundo paso es asegurarse el no ser perturbados y después de haber tranquilizado y estar muy quietos, visualizar y sentir el cuerpo envuelto en una Luz radiante , blanca. En los primeros cinco minutos mientras se visualiza este cuadro, sentir intensamente la conexión entre el ser exterior y el Magno Dios Interno, enfocando la atención en el corazón y visualizándolo como un sol dorado. El tercer paso es el reconocimiento : YO ACEPTO GOZOSO LA PLENITUD DE MI MAGNA PRESENCIA DE DIOS, EL CRISTO PURO". Siente el gran brillo de la Luz e intensifícala en cada célula de tu cuerpo durante unos diez minutos más. Ahora cierra la meditación, ordenando: "YO SOY HIJO DE LA LUZ, AMO LA LUZ, VIVO EN LA LUZ SOY PROTEGIDO, ILUMINADO, PROVISTO Y MANTENIDO POR LA LUZ Y BENDIGO LA LUZ" Recuerda siempre que uno se convierte, se transforma en aquello que medita, y puesto que de la Luz salimos, la Luz es suprema perfección y el control de todas las cosas...

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