El Advaita no es una religión, por lo que no tiene mandamientos, ni sacerdotes, ni templos, ni creencias (aunque existe una orden de Swamis seguidores de Sankara en la línea tradicional). Negando la existencia real de cualquier cosa diferente del Ser (lo Absoluto inefable, lo sin-atributos), su punto central se resume en la frase sánscrita "Tat twam asi" (tú eres Aquello), afirmando que la esencia del hombre y del universo no es otra que el Ser.
Todo el contenido del mundo fenoménico, desde los universos hasta la mente humana, no es más que un espejismo ontológico (no son permanentes, tuvieron un comienzo y por tanto tendrán un final), por lo que no se le puede atribuir la cualidad de ''ser'': su existencia es solo aparente.
Ramana Maharshi utilizaba para ilustrar esa idea un símil muy gráfico. Lo que llamamos "realidad" es análogo a una proyección de cine. La pantalla es el Ser y la película el mundo fenoménico. Mientras dura la proyección, la pantalla no se ve, pero ella es el soporte sobre el que aparecen las imágenes y sin ella no sería posible ver nada. Del mismo modo, nada de lo que sucede en la película afecta al soporte; las escenas con agua no pueden mojarla y las llamas no pueden quemarla... Tal es la relación del Ser y el no-ser.
Por lo explicado, no es de extrañar que los Maestros advaitas no hayan prestado atención a la dualidad Bien/Mal tan importante en otros sistemas soteriológicos, ni hayan predicado un tipo especial de moral, estando sus orientaciones básicamente encaminadas a ayudarnos a descubrir nuestro Centro.
"[...] medita en esta Verdad Suprema, la verdadera naturaleza de tu Ser, que es la más pura esencia de la Dicha y deshazte de la ilusión creada por tu propia mente; sé libre y obtén la iluminación que te permita alcanzar la consumación de esta vida humana".
Vivekachudamani, 472
Todo el contenido del mundo fenoménico, desde los universos hasta la mente humana, no es más que un espejismo ontológico (no son permanentes, tuvieron un comienzo y por tanto tendrán un final), por lo que no se le puede atribuir la cualidad de ''ser'': su existencia es solo aparente.
Ramana Maharshi utilizaba para ilustrar esa idea un símil muy gráfico. Lo que llamamos "realidad" es análogo a una proyección de cine. La pantalla es el Ser y la película el mundo fenoménico. Mientras dura la proyección, la pantalla no se ve, pero ella es el soporte sobre el que aparecen las imágenes y sin ella no sería posible ver nada. Del mismo modo, nada de lo que sucede en la película afecta al soporte; las escenas con agua no pueden mojarla y las llamas no pueden quemarla... Tal es la relación del Ser y el no-ser.
Por lo explicado, no es de extrañar que los Maestros advaitas no hayan prestado atención a la dualidad Bien/Mal tan importante en otros sistemas soteriológicos, ni hayan predicado un tipo especial de moral, estando sus orientaciones básicamente encaminadas a ayudarnos a descubrir nuestro Centro.
"[...] medita en esta Verdad Suprema, la verdadera naturaleza de tu Ser, que es la más pura esencia de la Dicha y deshazte de la ilusión creada por tu propia mente; sé libre y obtén la iluminación que te permita alcanzar la consumación de esta vida humana".
Vivekachudamani, 472
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