CONFIANZA EN UNO MISMO

El estado de sueño de Adán no fue distinto al que ocurrió cuando murió Jesús. Sus últimas palabras al Padre fueron: “En tus manos encomiendo mi espíritu.” Tal como se le pidió al “primer Adán” que confiase y liberase, también se le pidió al “último Adán” que DEJASE IR y fuese colocado en una tumba durante tres días. La “tumba” (tomb) y el “útero” (womb) están unidos, son armarios con dos puertas. Ustedes entran y pasan por ellos, sin saber con qué destino. Su propio SALTO a lo desconocido.
De eso trata todo su mundo en este momento, Mis Amigos: pasar de la luz a la oscuridad, luego de la oscuridad a la luz. El proceso de desarrollo operativo aquí es la CONFIANZA, que en última instancia se resume en CONFIANZA EN UNO MISMO ya que, en cada uno de sus universos de percepción, no hay otro. "

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